Por Ernesto Alemany
Permitanme ponerme alante, ante comentarios y elucubraciones que me han llegado desde ayer por varias vías: Mi padre, Wilfredo Alemany, funge desde hace algunos días como vocero de la ignominia de Punta Catalina y todo lo que representa, desde el hecho mismo de que se esté construyendo una planta A CARBON en la era de la energía limpia y renovable y a pesar de todo lo que ya sabemos sobre contaminación medioambiental, calentamiento global y un largo y asqueante etc., hasta la forma en la que ha sido financiada y todo el fardo de corrupción e impunidad que arrastra (por ahora).
Dejo aquí pública constancia de que nuestro vínculo familiar de ninguna manera y bajo ningún concepto condiciona mi opinión ABSOLUTAMENTE ANTAGÓNICA con dicho adefesio.
Sostengo mi postura pública, Punta Catalina es un contrasentido histórico, un retroceso respecto al rumbo indetenible que ha tomado la matriz energética global, y ninguna relativización política y comunicacional le quitará esa condición.
No importa cuanto, de nuestro propio dinero, se gasten en campañas mediáticas, cuantas «opiniones objetivas» favorables compren, cuanto manipulen datos y tergiversen informes, PUNTA CATALINA es indefendible desde cualquier parámetro de decencia y sensatez.
Igual aclaro que el hecho de que tengamos diferencias de opinión sobre un hecho público y político, por severas que sean, no condiciona nuestros afectos ni supone una enemistad. Cada huevo sigue colocándose en la canasta que le corresponde.
Todos mis hermanos y yo fuimos formados en y para la libertad, entendiendo desde muy pequeños en que consisten los principios democráticos, el hecho de que por primera vez nos veamos en aceras opuestas respecto a un tema público de esta envergadura y lo debamos ventilar abiertamente no hace mas que reafirmar la adhesión a los valores democráticos que todos en nuestra familia profesamos.
Marzo 15, 2017
CUANTA DIGNIDAD EN ESTE JOVEN… !MI RESPETO!