Por Juan Tomás Valenzuela
Se entregó Argenis Contreras,
en un club de Nueva York,
a un grupo de la Interpol
que lo traerá pa’la hoguera.
Toda la justicia entera,
menos Diná Llaverías,
esperaba que algún día
Argenis vuelva al país,
sea de New York, de París
o la cañá Guajimía.
Viene Argenis deportado
a responder por sus hechos,
el hombre va a dar el pecho
sobre el acto consumado.
Buscó al mejor abogado
pa’salirse de esa vuelta.
Así que todos alerta,
que nadie se llame a asombro
si por encima del hombro
culpa a la persona muerta.
En una rueda de prensa
el Dr. Carlos Balcécer
cortó como un rayo laser
el argot de la defensa.
Dijo que es casi una ofensa
que acusen a Argenis de eso,
que según vaya el proceso,
él logrará desmontar
lo que se pueda alegar
pa’condenar a su preso.
Lo único que hizo Argenis
fue echarse a Yuniol al hombro,
arrojarlo en los escombros
y quedarse con los tennis.
Averiguen bien con Yenny
o con el procurador,
que si acaso él fue infractor
fue de esconder al occiso,
por tanto, su compromiso:
¡Dos año y pa’ Nueva York..!
11 abril 2018