Por Juan Tomás Valenzuela
Mientras Trump, en los países,
ya recoge sus motetes,
Hipólito y su zoquete
viven unos tiempos grises.
Los dos comieron perdices
y hoy sufren indigestión,
el uno por corrupción
y el otro por misoginia,
decrepitud, ignominia
y deshumanización.
Trump, perdió las elecciones
en los Estados Unidos
y aquí, Papá y el ungido,
planeando malas acciones,
se buscaron dos lambones
para joder el sistema.
Hipólito a un caco e’…
pá que presida la Junta,
y el vico armando una yunta
metió al partido en problemas.
Hoy tán perdidos los tres:
Donaltrón, Papá y el bico,
en un lío que ni Jalisco
le ganaría al comité.
A base de tentempié
tienen sedáo a Olivare,
y a pesar de los pesares,
a Trump, los republicanos,
no le metieron la mano
y cayó de los altares.
La política vernácula
está mudando la piel.
Llega Luis Abinader
y se van esos tres Dráculas.
Eso de ejercer con máculas
va quedando en el pasado.
Allá salién del tarado
que dirigía la nación,
y aquí tirán del balcón
a este par de “iluminados”.
Juan de los Palotes
7 noviembre 2020