Por Juan Tomás Valenzuela
Supe que Alexis Medina,
ayer, rumbo a Guatemala,
intentó cambiar la escala
que pá él ya era rutina.
El hombre fue a la cabina
donde venden los pasajes
con el mismo tigueraje
de cuando era un pontentado,
queriendo que el empleado
lo embarque con medio viaje.
Alexis, habló hasta en chino
con los de la línea aérea,
de la enfermedad venerea
del sobrino de Quirino.
Les prometió romo fino,
chenchén y arepa con sal,
dos botellas de Brugal
y café Santo Domingo,
por un pasaje vikingo
sin opción de regresar.
Las empresas exitosas
del hermano de Danilo,
andan en busca de asilo,
igual que las de Helidosa.
Como se pinta la cosa,
ya no parecen rentables,
ni pá Alexis, ni pá Amable,
ni para el mismo Gonzalo,
después que el guiso de escualo
les dió una churria incurable.
Alexis lleva una pala
como único equipaje,
solo de ida un pasaje
y un brochure de Guatemala.
El vuelo llevaba escala
a los Estados Unidos,
pero como él, ni el ungido,
tienen claro su futuro,
él cree que lo más seguro
es salir sin mucho ruido.
La consigna de ¡Se van!
Alexis, la cogió a pecho,
y aunque le asiste el derecho
a él y al otro camaján,
lo de la Islas Caimán
no creo que sea buena idea,
y con la vaina tan fea
que tienen con Berenice,
yo creo que estos infelices
debían irse pá Crimea.
Juan de los Palotes
20 noviembre 2020