Por Juan Tomás Valenzuela
Completamente sitiado
por un régimen feudal,
el Congreso Nacional
sigue militarizado.
Quienes tienen controlado
la Cámara de los Lores,
son unos atracadores
que sin el menor pudor,
le sirven a un malhechor
plagado de deshonores.
Un Camacho, deslenguado
que en cualquier país decente,
aún siendo un gran dirigente
debía estar encarcelado.
Y que decir del taimado
que está en la Camara Alta,
que comete tantas faltas
en su inefable gestión,
que el término corrupción,
creen que es su virtud más alta.
Una hermana analfabeta
del presidente Medina,
que cree que donando harina
puede quedarse en la teta,
se ha convertido en corneta
del proyecto reelección,
y ve que la condición
de perpetuarse está dada,
con la ayuda de Cavada
o cualquier otro lambón.
Precisamente en momentos
en que la imagen turística
está en boca de la crítica
por muertes de gran lamento,
se le ha enviado un regimiento
al Congreso Nacional,
pa’que el que quiera objetar
la pieza de reforma,
violando todas las normas
lo espirrien de ese lugar.
Y el staff de las bocinas
que comentan por encargo,
se han parado largo a largo
pa’defender a Medina.
Se escuchó a un boca e’ letrina,
que es por demás, media lengua,
decir que si no se amengua
a la gente de Leonel,
los que están en el poder
le van a arrancar la lengua.
Juan de los Palotes
26 junio 2019