Por Juan Tomás Valenzuela
Al sucesor de Plutarco,
Luis no lo había decidido,
tal vez para evitar ruido,
o para mostrarse parco.
El intento de desfalco
con lo de las jeringuillas,
puso en jaque a una gavilla
que venía con la intención,
de imponer la corrupción
como guerra de guerrillas.
Querían entrar, chin a chin
a adueñarse del Estado,
desde uno u otro entramado,
como el jefe de Crispín;
Pero llegó el Chapulín
y puso a tó el mundo en jaque,
y haciendo igual que Mandrake
y su ayudante Lotario,
los saco del escenario
con un edicto de ataque.
Ahora por fin, ya tenemos
al famoso sustituto
del insufrible canuto
que se jodió por blasfemo.
A mi ya me llegó el memo
que nombra a Daniel Rivera,
quien nadie sabía quien era
hasta que “oportunamente”
lo señaló el presidente
para que ondee la bandera.
No sabemos ciertamente
(aunque tengo mis sospechas)
si este irá a cubrir la brecha
del cesanteado incumbente.
Yo creía que el presidente,
que ya puso un sustituto,
dejaría pasar el luto
de Arias y el ex diputado,
y este nuevo señalado,
quiera Dios, no sea tan bruto.
Juan de los Palotes
1 marzo 2021