Por Juan Tomás Valenzuela
Dice Luis, que con Raquel
el tiempo pasa volando,
porque cuando está viajando,
¿quien mejor al lado dél?
Luis, se llevó a su mujer,
en un viaje de dos días,
al sector de Hialeah,
en la ciudad de Miami,
y la jartó de salami
con huevo frito y yautía.
La llegada de este par
a los Estados Unidos,
tiene al pueblo convencido
de que se saben amar.
El tiguere puede andar
el día entero en “deligencias”,
pero al sentir que la ausencia
de la doña se prolonga,
llama a Eilyn, que se la ponga
a un palmo de su existencia.
El amor que se profesa
esta familia ejemplar,
es amor presidencial,
puro como la realeza.
Distante al de la metresa
y el bandido de Leonel,
que siempre hizo de la dél
con el jodío Hombre Araña,
a quien le blandía la caña
como cuero de burdel.
Para mi es satisfactorio
ver ese amor tierno y puro
en quien dirige el futuro
(aún sea en modo transitorio)
y la que en su dormitorio
es quien lleva la batuta.
No como esa hija…
que desgüabinó a Leonel,
pensándose que sin él
podía agarrar la batuta.
Juan de los Palotes
30 enero 2023