Por José Rafael Sosa
Una comedia bastante bien cuidada, sobre todo en efectos especiales, banda sonora y maquillaje, dos brillantes actuaciones de Fausto Mata y Francisca Lachapelle, con buena perspectiva de difusión internacional, pese a algunas materias pendientes: sobreactuaciones evitables y complacencias a un machismo fuera de tiempo.
El fantasma de mi novia, que se estrena este jueves, es una comedia fresca, creativa, con grandes aportes sobre todo en sus efectos especiales y maquillaje, banda sonora y buena parte de sus interpretaciones que escaparon del esquema de la sobre actuación, aun cuando muchas de ellas pudieron ser mucho mejores. La comedia de Francisco Disla, realizada tomándose el tiempo necesario, sin la prisa que se toma industrialmente a hacer una comedia que busca el impacto en pantalla, es un proyecto interesante y distinto, en el cual se observan varios factores a su favor.
El fantasma de mi novia, está estructurada, al vincular talentos internacionales, para penetrar otros mercados con efectividad y fuerza de boletería sobre todo porque rompe con el localismo y su humor es más latinoamericano.
Impresionan, de entrada, maquillaje y efectos especiales, realizados con buen nivel internacional, sin la macula de la imperfección, a lo que se agrega la música original de Jansel Santana, una fotografía bien lograda y una edición cuidada para reafirmar el ritmo de la historia.
Impacta el mensaje sobre la humildad y la vanidad vacía que contamina a las personalidades del cine, el sentido valor de la sinceridad.
Hubiéramos preferido evitar el uso del cuerpo en ropas interiores de la protagonista, reflejo de una cinematografía machista que le resta el público familiar.
Era mejor utilizar solo la capacidad actoral de Villalobos, que pudo haber dado histriónicamente mucho mas. Esa escena es un regalo innecesario a los hombres de cabeza vacía, para garantizar boletería. Es un error.
Actuaciones locales
Una comedia bastante bien cuidada, sobre todo en efectos especiales, banda sonora y maquillaje, dos brillantes actuaciones de Fausto Mata y Francisca Lachapelle, con buena perspectiva de difusión internacional.
Pese a tener como referencia las interpretaciones promedio de novelas y televisión, tiene una expresión diferenciadora en Fausto Mata, quien esta vez nos muestra que es actor completo, que bien dirigido, puede dar excelentes resultados. Actúa mucho mejor, su gestualidad resulta mejor administrada, la voceadera que a veces le
permiten, esta vez está ausente. Este es el Mata que nos complace. El es bueno, bien administrado.
Un talento que se establece un sello de calidad interpretativa a partir de un papel, muy papel muy corto en el cual se aleja de la imagen vendida, es Francisca Lachapelle, quien brilla al representar una mujer sin techo que busca en restos de comida en un zafacón. Bien dirigida y construido su personaje con criterio, merece reconocimiento.
Los internacionales
Los talentos internaciones son el actor cubano William Levy y la actriz colombiana Carmen Villalobos, (Sin senos no hay paraíso, El señor de los cielos, Amor a la plancha); Brandon Periche y Susana Dosamantes, reconocida actriz mexicana hacen su aporte histriónico, pero sin aspirar a un Platino.
El resto de los talentos locales, con diversos matices, están entre lo aceptable y lo muy bueno. Particularmente nos agradó Lumy Lizardo, mientras que Francisca Lachapelle, nos ha merecido una mención aparte. Hacen su aporte digno pera nada mas, Manolo Ozuna, Jalsen Santana y Josell Hernández.
Los planes incluyen su estreno en más de 10 países latinoamericanos, recorrido que inicia esta semana por El Salvador, Panamá y Perú. rompiendo el localismo de muchas otras producciones nacionales.
Imagen: Con los muertos en el cementerio de la avenida Independencia