Por Sin Reservas
Un cáncer de colon le cobró la vida a la cantante Luchy Vicioso, mientras se encontraba recibiendo atenciones en los Estados Unidos, del cual en el año 2015, se pensaba que había rebasado.
Conocida como «la dama de la canción dominicana», cuyo verdadero nombre es Lucía Fior Daliza Vicioso Alsina, nació el 19 de febrero del 1950, en la calle Polvorín de la Ciudad Colonial, en la capital, o sea que mañana cumpliría 69 años de edad.
Hija de Ernesto Vicioso Almodóvar y de la señora Lucía Alcina, a quienes definió como personas amorosas y dedicadas a sus hijos, los cuales le inculcaron valores, siendo la honestidad uno de ellos.
Desde el primer momento, Luchy, desmostró su calidad al participar en una audición ante los maestros Rafael Solano y Manuel Troncoso, para formar parte del programa de televisión La hora del Moro, que se difundía por Rahintel, donde también participaron Cecilia García, Fernando Casado y Niní Cáffaro.
Su primera producción discográfica fue «Matices» en la que incluyó composiciones de autores nacionales, entre ellos títulos del maestro Rafael Solano.
Entre sus éxitos se encuentran Al nacer cada enero, Año nuevo, No puedo, Magia, No me abandones, Sígueme, Tus ojos, entre otros
En 1975 ganó el Primer lugar en el Festival de la Voz y la Canción de Puerto Rico, con la composición «Dime» que más debo dar por tí» de Yaqui Núñez y René del Risco Bermúdez.
También en Puerto Rico, ganó el Tercer lugar en el Festival de la Organización de la Televisión Iberoamericana (OTI).
Luchy, también brilló en la televisión. Con apenas once años ya estaba en el programa «Los jueves de Luchy» junto a María Gracía Montés y Aída Lucía.
En Miami, Estados Unidos, fue reconocida con un disco de Oro. Pero se enteró unos años después, ya que la comunicación en la que le informaban no le llegó, porque según dijo la guardaron.
Luchy era una artista respetada, admirada y querida por su generación y el público. Su trabajo en la escena nunca se vio empañada por competir con sus compañeros. No se le vio envuelta en diatribas. Su formación de su hogar fue vital para el viaje que comenzó a temprana edad hace más de cincuenta años en la música. Los aplausos, las luces y el escenario no la apartaron de la humildad.
Fue definida por su entrañable amigo, el también cantautor, investigador y locutor, Fernando Casado, como un regalo especial de su tiempo.
«A sus diez años Luchy no reflejaba esa etapa de su vida, sino la madurez de las cantantes adultas de más de 25 años, quienes en ocasiones no alcanzaban la máxima impretreción de las tonalidades tocadas. Luchy es una de las expresiones más especiales de una época», proclamó Fernando Casado al participar en un homenaje organizado por Verónica Sención y la destacada artista plástica Elsa Núñez en el Café Literario.
«Es una artista de la misma magnitud de la calidad de ser humano que es. Enfocada y consagrada a su carrera y a la familia. De conducta intachable, artista con valores de inmensa calidad interpretativa. Que se cuidó siempre de la selección de sus temas. Quienes la tramos tuvimos el privilegio de estar ante una artista excepcional, siempre solidaria y dispuesta a trabajar»”, dijo el empresario y productor artístico Luis Medrano al valorar su obra en el arte.
En ese sentido se expresó Cecilia García, quien expresó «Luchy Vicioso siempre fue una niña. Muy inocente, confiada. Siempre con un sentido musical que todos conocemos, poseedora de una voz que desde niña siempre cantó como una adulta. Ella siempre cantó como una adulta. Desde los nueve años escogió canciones infantiles, sino de adultos. Las cantaba con todo el amor, sensibilidad y el sonido de su voz que no se parecía a nadie».
«En lo personal fue franca, sin dobleces. Yo te diría que ella era muy vulnerable porque era sincera. Ha tenido una vida altibajos como todos, pero desde un plano de ventaja porque su temperamento era muy llano, sin malicia. No cantó una canción porque lo tenía que hacer», reflexionó García.
Tres uniones matrimoniales
Siendo menor de edad la sedujo Freddy Beras Goico, con quien se casó y procreó a Ernesto y a Freddyn, y aunque duró 12 años, era un secreto a voces que esa relación no perduraría, por el temperamento de su esposo.
En una segunda ocasión contrajo matrimino con Maime Daniel Sánchez, con quien permaneció cinco años y procreó a Claudia Lucía.
Su tercera unión fue más duradera. Con Rafael Martínez, permaneció por más de 25 años.