Por Sin Reservas
El candidato a la presidencia del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP), David R. Lorenzo, exhortó a los miembros de la agrupación a votar este 30 de agosto por la continuación del cambio, el rescate y el manejo pulcro de la institución.
Expresó que votar contrario, sería volver al pasado, a la improvisación y a que continúe el descalabro económico y moral, la falta de transparencia, el secuestro institucional, su posiblemente aniquilamiento y al entierro de las aspiraciones de modificar la Ley 10-91, para tener el CDP anhelado desde el 1970.
Dijo que la actual gestión que encabeza el profesor Adriano de la Cruz, encontró un CDP económicamente quebrado, y administrativamente envuelto en un desorden, y que pese a los esfuerzos por mejorarlo, todavía falta mucho por hacer.
Expresó que pese a ciertas críticas, las actuales autoridades han manejado con pulcritud los exiguos fondos que reciben.
Presentó un proyecto que modificaría la Ley 10-91 e implementó un nuevo formulario que no permite el ingreso al gremio de nadie que no se haya graduado de periodismo.
Agregó que también instalaron una moderna sala digital, están remodelando con recursos propios la tercera planta del edificio de la institución; están instalando un centro odontológico, una moderna biblioteca y han impartido decenas de cursos, talleres y diplomados, entre otras cosas.
Señaló que pese a todo, el CDP sigue estando en descalabro económico y no ha salido de ser una institución vergonzosamente pedigüeña, por la herencia encontrada.
Manifestó que su principalmente meta será lograr que se apruebe el proyecto de colegiación, el cual es su principal autor, que se encuentra en el Senado y que procura regular el ejercicio profesional del periodista y cobrar un impuesto a través de la Dirección General de Impuestos Internos, para que el CDP sea autosuficiente económicamente y deje de ser una institución que practica la mendicidad.
Enfatizó que por tanto, si se vuelve al retroceso, el deseo por el que muchos luchamos y nos sacrificamos por tener un Colegio de Periodistas viable, respetado, transparente, democrático y que garantice la profesionalidad, se irá al zafacón y será cosa de la historia.