Por Ana María Ureña
En este mundo en que cada delincuente dice y hace lo que le da su maldita gana en perjuicio de otros, y que llega tan lejos que se cree dueño de la vida ajena y decide hasta eliminarla, hay que tener muchísima paciencia para no fracazar.
Y hay individuos que por incapaces salen huyendo de sus países, a sus malditos «presidentes», pero son tan mamarrachos que a donde van a parar se extralimitan y se creen con derecho a negociar con delincuentes internacionales para promoverles sus satánicos planes.
Pero donde caen, llegan con esa ínfulas de superiores por que aparecen iguales miserables que les rinden honores tal si lo mereciesen, por lo que se crecen y no solo le hacen el trabajo y le cogen el dinero sucio, sino que se los «ganan» ofendiendo a los ciudadanos de ese país donde son forasteros.
Convocan para hoy jueves a las oficinas de Diario Libre a pedir renuncia de Inés Aizpun
Es el caso de esta caraja que salió de España, un país donde la mayoría de entonces les hubiese gustado emigrar, en cambio ella cayó en la República Dominicana, imaginamos que su mediocridad no le iba a permitir en España sentirse superior y hacer los desmanes que les han permitido aquí, además que debe tener la creencia que se puede seguir cambiando espejitos por lo que sea aquí, y se ha agenciado el derecho de arremeter contra nosotros
Y en una de sus más recientes ofensas, mediante uno de sus varios editoriales disfrazados de opinión, que lanza este «cuerpo de delito» llamado periódico, que está al servicio de los peores intereses de la Patria de Duarte, esta heredera de uno de los más perversos que ha pasado por los medios de comunicación y específicamente por ese que nació libre de nombre y de hecho, pero que fue apresado y no ha podido recuperar su libertad, al referirse el pasado día 4 de los corrientes a la aplicación que se propone Luis Abinader, del veneno -que le llaman «vacuna»- a niños, ha dicho que yo tengo «mal comportamiento, soy indisciplinada e insubordinada».
Para esta mequetrefe, el yo no aceptar que que el presidente Luis Abinader, me imponga lo que la Constitución de la República, ni las leyes me exigen, es indisciplina.
Para esta, el hecho de haber elegido a Abinader, es «Patente de corso» y le da derecho a él decidir sobre nuestra persona y nuestros hijos lo que le parezca, a subordinarme a cualquier capricho suyo y a lo que les impongan los delincuentes internacionales.
Cuanta paciencia hay que tener…!!!
Imagen: Archivo de cuando protestaron contra sus intromisiones en asuntos propios de los dominicanos
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