Por Marcos Sánchez
Perfiles Mediáticos: Víctor Ramón Rosa, incansable luchador y aspirante a actor quien se convirtió en irrefutable referente locutoril del Este de República Dominicana
La espectacular e itinerante carrera radial de Víctor Ramón Rosa, es una digna de adaptarla a un guión cinematográfico debido a su singular y emotivos inicios. La potente voz comercial que conocemos, así como el destacado animador y presentador, posee un origen que sensibilizará al lector y al mismo tiempo, le hará acceder a datos inéditos sobre su vida.
Víctor Ramón Rosa, llevaba desde muy joven el gusanillo por la comunicación radial y tras cerca de cinco décadas al frente de un micrófono, su figura es admirada por muchos quienes han tenido la oportunidad de tratar al ser humano más allá del hombre de radio.
Radicalmente opuesto a lo que conocemos de él y su irrefutable imagen ligada a la radio, este protagonista se caracteriza por ser un auténtico e incansable luchador existencial, quien pese a sus altibajos nunca ha dejado de realizar la profesión que literalmente salvó su vida.
Víctor Ramón Rosa, nació el 26 de diciembre del año 1954, en Hato Mayor del Rey, específicamente en la calle 27 de Febrero 61 (parte atrás) del conocido “Colmado la Paloma” de esta localidad y que era propiedad de su abuelo materno, Don Aurelio Rosa.
Víctor, fue declarado hijo natural de la señora Juana Rosa, y recibiendo el primer golpe de su vida, irónicamente conoció a su padre biológico en el funeral de su progenitora. Al pasar los 9 días de la muerte, sus tíos y abuelo decidieron entregárselo a la persona con quien Víctor, únicamente compartía ADN por ser su padre biológico.
Los planes de su padre estaban claros: no tenía alguno con él. Por eso lo llevó a vivir con un tío a quien jamás había visto y allí le dejó. Eso fue en 1960, cuando apenas contaba con 6 años de edad y para los siete, su destino comenzaba a forjarse y no necesariamente con ribetes de colores atractivos. Víctor, se escapó de donde su tío indignado por la negativa de éste inscribirlo en la escuela. Anhelaba estudiar para ser actor de cine.
Llevándose del consejo de una persona mayor, quien le citó «Si no estudias, terminarás como un miserable viviendo de la caridad pública», fue suficiente para que se motivara a estudiar. Un periodo similar a una vida nómada, era el horizonte que llevaba el futuro locutor.
Caminando sin rumbo a orillas del Río Ozama, el muchacho se encontró con “Pijin”, apodo de un tío suyo materno quien trabajaba como chófer de patanas y al verle, lo único que expresó fue: «Mi sobrino el mundo si es pequeño». Para suerte de Víctor, ese día su tío estaba de descanso y se dirigía para Hato Mayor a ver a sus hijos y decidió llevarlo a Hato Mayor a donde su tía Margarita Rosa, hermana de su madre, dejándolo allí con la promesa de regresar a verle cuando estuviera nuevamente de descanso en el pueblo.
Pijín, demostró ser un hombre de palabra y le buscó, pero Víctor, estaba convencido de que tenía que crear el ambiente y buscar un lugar donde vivir. En ese instante se armó del único instrumento de trabajo que se le permitía a un niño de la época: una lata vieja de pintura y una caja de limpiar zapatos.
En Hato Mayor del Rey, al igual que las otras provincias del país (en cualquier época), el lugar idóneo para conseguir clientes interesados en lustrar su calzado, es el parque central. Anexo a ese lugar en el pueblo natal de Víctor, abundaban los prostíbulos y allí también un gran número de clientes.
Siendo a una edad corta un niño totalmente libre e invisible para muchos, Víctor, aprendió a leer y escribir escuchando las clases desde una ventana de la Escuela Pública de Gualey cual si fuese un “invitado especial” sin derecho a ingresar al aula, pero lleno y decidido de perseguir aquel determinante consejo y evitar vivir del favor social.
Sus días de espectador terminaron cuando el profesor Julio Mateo, quién había llegado trasladado a esa escuela, le abordó como si se tratase de un salvador preguntándole la razón por la cual estaba fuera del aula. Revestido de la autoridad que le asistía, le invitó a pasar dentro y lo sentó en un pupitre al lado de un niño quien para asombro de Víctor, el mozalbete se alejó abruptamente de él dejándole el pupitre en su totalidad.
La reacción del otro niño era evidente: Víctor, solía bañarse en un río, sin jabón y se ponía la misma ropa húmeda acabada de lavar y era obvio que el aroma que emanaba resultaba incómodo. Víctor además lucía un auténtico afro y no era por moda, sino porque no producía para recortarse.
Todo eso cambió cuando el profesor Mateo, lo inscribió en la escuela, le compró un uniforme y lo vistió de los famosos “panchos” (ropa usada) que dejaban sus hijos y su vida cambió. Ese samaritano educador gestionó la búsqueda de un acta de nacimiento ya que resultó ser conocedor de la madre de Víctor, por ser amiga de su esposa.
Para el año 1972, contaba con 18 años. En Hato Mayor había una estación radial bastante popular llamada Radio Maguá. Tenían un concurso buscando un ayudante para Santa Claus. El interés por la radio en Víctor, era algo enfermizo y llamó desde el teléfono del almacén de Sabino Mota, uno de los comerciantes más prósperos de allí.
En ese entonces, los teléfonos eran tan pocos en los pueblos, que la muchacha de la central telefónica conocía a todo el mundo y era fácil crear un perfil de alguien. En esas circunstancias, Víctor, ganó el concurso, comenzando oficialmente su entrada a la Radio.
Para ese tiempo Víctor, se había superado bastante y le ofertaron la oportunidad de hacer una hora de programa los sábados en Radio Maguá. Bautizó su espacio radial como «Santo Domingo: Historia y Geografía», memorias indelebles que aún reposan en cassette guardados de la época dentro de los archivos personales de él.
En 1975, le asignan el madrugador de 5:00 a.m. a 7:00 a.m. y ahí arranca su modalidad de animador con «Amaneciendo y Gozando», espacio caracterizado por una programación basada en puras bachatas.
En ese ambiente logró conocer al diácono Víctor García, quien hacía un programa de la Iglesia Católica y éste al escucharle animar y timbre de voz, le informa que en Radio Seibo querían locutores (en ese momento los locutores seibanos se habían ido a huelga quedando la estación fuera de operaciones) y que le pagarían muy bien.
García, organizó una reunión con el Padre Héctor Quiterio y quedó asombrado con el talento del joven locutor. De esa manera, Víctor, fue formalmente contratado a Radio Seibo, «La emisora que instruye mientras deleita».
Sin competencia directa e indirecta, rápidamente Víctor, se convirtió en el locutor estrella de la emisora con un salario de RD$210.00 pesos mensuales y luego se le aumentó a RD$230.00 pesos, convirtiéndolo en locutor mejor pagado de todo el este.
Para 1980, por diferencias con el Padre Héctor Quiterio, dejo la emisora y eso provocó la llegada de Víctor Ramón Rosa a La Romana, donde laboró a partir del 23 de diciembre de 1980 en Radio Rutas, vía gestiones de su amigo Ramón Ulerio (Alberto del Castillo).
Imperativo destacar que unos meses antes, Víctor, había recibido la visita en El Seibo de Román Rodríguez (George Rodríguez), para ofrecerle trabajar en Radio Juventud, oferta ésa que fue rechazada debido a que el sueldo era de RD$90.00 pesos, que no era del todo bajo para la época, pero versus los RD$230.00 que generaba Víctor, sí marcaba una diferencia.
No obstante, en Radio Rutas, sólo había buenas relaciones, no dinero. Transcurrió una semana como lector de noticias en la citada estación radial junto con los mejores de ese momento: Jorge Herrera, Alberto del Castillo y Johnny Reyes. Eventualmente Víctor, accedió irse a Radio Juventud, la más popular en el bloque matutino gracias a «Noticiero Resumen» en donde permaneció hasta 1986.
De la mano de Willie Rodríguez, Víctor, se trasladó a Santo Domingo para laborar en Radio Disco 106, «La Favorita de la Capital», pero allí tampoco había buena paga ya que los locutores vivian de la ‘payola’ que estaba en su mejor momento. De hecho, cualquier locutor pagaba por tener un turno en una emisora de ese calibre.
Para los desconocedores del término “Payola”, ésta palabra es en sí la contracción del verbo en inglés “pay” (pagar) y la marca comercial Victrola (popular fonógrafo del fabricante RCA Victor presentando en 1925 por primera vez). La práctica refería al pago a locutores por parte de artistas, grupos musicales o disqueras para favorecer en la pauta musical de una estación radial determinada, una canción.
El periplo radial de Víctor, lo llevó a trabajar en la empresa de Teo Veras, en Radio 97, de la mano de Carlos José Rosario, después de salir de Radio Disco 106. De ahí pasó a Radio Visión «La Conquistadora de Santo Domingo», ésta última parte del grupo que operaba Radio Comercial.
En diciembre de 1987, el propietario de Radio Visión, le escuchó animando y le dijo a José Francisco Núñez, que no quería escuchar a ese locutor en la citada emisora y Víctor, es cancelado, pero al entregarle el cheque al propietario para la firma, estableció que lo que quería en realidad era promoverlo a la estación principal y en horario estelar.
Eso creó una fricción con un destacado locutor oriundo de San Juan de la Maguana, quien vió en Víctor, a un directo competidor en el horario mejor pagado y apoyado por el dueño. La estadía de Víctor, se extendió allí hasta 1990.
Un dato a tomar en cuenta es que para finales de diciembre de 1989, Víctor, había sido contratado por Héctor José Torres (La Fuerza) para trabajar en Radio Universal, labor que combinaba con las existentes en La Romana, en KGM 94.7 FM. Esa colaboración le validó a Víctor, cimentar su nombre-marca, pero optó por seguir enfocándose en Radio Rutas de donde finalmente partió en 1997.
Para 1990, Víctor Ramón Rosa, regresó a La Romana, y estuvo en Radio Guía, durante un año, desde donde pasó a dirigir por primera vez Radio Rutas y la 94.7 que estaban de capa caída reinventando la programación de ambas. Allí nació el primer Radio Show de la región, el legendario «Entre Amigos Radio Show», actualmente en el aire desde Bávaro, Punta Cana.
“Entre Amigos” se convirtió en el primer espacio radial de La Romana con característica de conversación o hablado. Inició en febrero de 1990 en KGM 94.7 FM con un primer equipo compuesto por figuras muy conocidas de La Romana, siendo éstas Miguel Valdez “El Gordito”, Nellys Montas y J. Chalagá Peña.
La segunda etapa del espacio radial incluyó la entrada de Raulín Peguero “El Filete” y el debut formal en radio de Marcos Sánchez, con “De Cine” sobre temas cinematográficos y con ese segmento, el programa toma un giro diferente ofertando contenido original. La dinámica previa entre El Filete y Víctor, giraba en torno a la colocación de canciones nuevas en varios géneros tropicales con cierto tono humorístico.
La ebullición televisiva en La Romana llamó la atención de Víctor, y creó una versión para la TV de “Entre Amigos”, siendo igualmente los primeros en ese estilo. Junto a Víctor, el staff lo componían: Marcos Sánchez, Raúl Peguero y J. Chalagá Peña (quien hacía un personaje de Brujo). El espacio estuvo en el desaparecido canal televisivo Visión Familiar (administrado por Franklin Pimentel) y luego migró a TV3 (actual Caña TV), propiedad del comunicador romanense Leonel Peña.
En 1997 se inició una verdadera revolución en la República Dominicana con la instalación de emisoras ilegales. Para Junio del citado año, la dirección gerencial de KGM 94.7 y Radio Rutas, deja sin efecto el contrato con Víctor Ramón, y se crea la sociedad entre Héctor “Memo” Mejía y se fundó Hacienda FM, la primera emisora romántica de La Romana.
La programación musical de esa estación dependía netamente de la extensa discoteca personal de Víctor Ramón, aparte de algunos equipos técnicos instalados en la misma. Hacienda FM creció en número de socios y diferencias creativas arrojaron el término de Víctor, como parte de ésta e intentaron relanzarla, pero no funcionó.
La vida llevaría a Víctor, una vez más a seguir recorriendo la zona este del país y ésta vez fue contratado por Pedrito Sánchez, propietario de Radio Génesis, la primera estación radial FM de Higüey, pero esa relación comercial sólo duró hasta 1999, año en que en Semana Santa se lanzó al aire la primera emisora de Bávaro, Punta Cana: Expreso 93.5, en sociedad con el empresario Tony Herrera, que fue de corta vida.
En escena surgió luego el empresario Rudy Vanverse, con quien Víctor, fundó Tropical 93.1 FM, que en su momento fue la emisora más potente y moderna de todo el este del país. Allí Víctor, duró cerca de dos décadas, siendo esa estación vendida secretamente al Grupo Punta Cana sin haberle informado a Víctor.
Para 2011, la frecuencia FM 103.3 de Miches, fue alquilada por Víctor Ramón, pero no se llegó a desarrollar ese proyecto. Fue en ese tiempo que él fundó el primer canal de televisión de Bávaro Punta Cana, «Punta Cana TV», que eventualmente terminó siendo propiedad también del Grupo Punta Cana.
Actualmente el incansable locutor se dedica a producir su emblemático espacio radial «Entre Amigos Radio Show Live» por www.PuntaCanaMix.com, labora en 90.3 Radio Bávaro y desarrolla las radios web PuntaCanaMix.com y TropicalMix93.com.
Víctor Ramón Rosa, está casado desde 1975 con María Nellys Soriano. Tiene cinco hijos: Melany Marivic, odontóloga; Melanie Victoria, administradora hotelera; Raymón David, técnico de sonido profesional; Merla Vicmari, ingeniera industrial y administradora de empresas, y Victor Ramón, Jr., ingeniero en sistemas.
Dueño de una voz metálica, de apreciación firme y cuidada dicción, Víctor Ramón Rosa, es el protagonista de una historia bastante singular.
El relato de un hombre que creyó en su sueño y que muy a pesar de su itinerante vida laboral, su legado deja un enorme grupo de admiradores dentro y fuera de la cabina, entiéndase tanto radioescuchas como homólogos del oficio porque es prácticamente imposible ver un micrófono, pensar o recordar la animación o comentarios radiales sin dejar de citar su nombre.
El autor es: Actor, Articulista, Escritor, Comunicador Social, Locutor y Educador Bilingüe con más de 25 años de experiencia en el área; markrumors@gmail.com
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